‘Dial M for ‘Murder’ 1954
Director: Alfred Hitchcock
Reparto: Ray Milland, Grace Kelly, Robert
Cummings, John Williams, Anthony Dawson…
Ufff llevo una larga temporada desconectada del blog, muy
mal por mi parte y pido disculpas a los lectores habituales. No puedo prometer
escribir más a menudo, pero lo intentaré.
Como llevo tiempo sin escribir, siempre que paso una larga
temporada sin hacerlo me gusta volver con un clásico de esos que hay que ver,
sí o sí. Y hoy he elegido una de las mejores películas del maestro del
suspense, Alfred Hitchcock, ‘Crimen Perfecto’. No se le puede discutir la
maestría, ya que nadie como él supo mantener en vilo al espectador con sus
producciones.
Como si de una obra de teatro se tratase (básicamente ese
parece el objetivo) la película se desarrolla en un único escenario, ya me
diréis si no es de autentico maestro mantenerte durante hora y media atento a
la pantalla y prácticamente sin salir de la misma escena. Y lo mejor es que los
personajes se integran en este escenario de una manera casi perfecta, no
podemos individualizarlos, son un todo, un conjunto, lo colectivo es lo que los
hace magníficos, perfectos.
La historia tiene lugar en el Londres de los años 50, Tony
Wendice (Ray Millland), un ex tenista profesional planea asesinar a su esposa
Margot (Grace Kelly) con intención de heredar una fortuna. De manera fría y
calculadora involucrará a un antiguo colega para llevar a cabo tal atrocidad
con un minucioso plan para evitar que las sospechas de dicho asesinato recaigan
sobre su persona.
Personalmente entiendo la ejecución dramática de esta
película como perfecta, o casi, ya que dicen que la perfección no existe.
Cierto que no es el film del director, y que tiene otras mucho mejores, por
nombrar una ‘Con la muerte en los talones’ es excelente, pero desde luego para
mí es una de mis favoritas por la manera
en que se desarrolla la trama. Primero de todo por como hace al espectador
participe de la historia. El marido nos cuenta su plan desde el principio,
incluso nos da pistas de cómo solucionar posibles contratiempos. Nos ofrece un
plan que difícilmente parece que pueda fallar. Muy bien calculado y planteado,
solución milimétrica. Pero claro está si el crimen fuera perfecto, ¿dónde
estaría el suspense? Pues tranquilos porque llega y de manera sublime, el azar,
el siempre terrible azar nos va a ir desmantelando tan sutil y perfecto plan.
No penséis que os desvelo nada, os aseguro que si no la
habéis visto os atrapará tanto como me atrapa a mi cada vez que veo la película
–y eso que ya casi me sé hasta los diálogos- No os desvelo nada porque los
giros narrativos son constantes, el guión es una autentica maravilla, y la
puesta en escena en sí superior, porque parece increíble que una película que
se desarrolla prácticamente dentro de una minúscula habitación pueda resultar
tan dinámica como esta.
Técnicamente hay que reconocerle muchos puntos, la trama se
desarrolla a través de pequeños elementos que prácticamente pasan
desapercibidos pero que son piezas importantes en su desarrollo, la colocación
y situación de los objetos y los personajes en la escena está perfectamente
planificada. Por absurdo que pueda parecer lo que nos ofrece, logra que el
espectador se involucre con la historia dándole verosimilitud a algo que
resulta tan improbable.
Una fotografía cuidada, luminosa y technicolor, que hace brillar esta oscura historia. Ni que decir
tiene que si cuidada es la fotografía, más aún la iluminación, que a su vez
también juega un papel importante, convirtiéndose de algún modo en un personaje
mudo que completa una escena complicada.
El conjunto actoral por supuesto muy bueno, quizá hoy día
resulte algo flojillo, pero no se puede desmerecer el trabajo, muy
especialmente de Ray Milland o el de John Williams en el papel del perspicaz
detective, sublime.
En conclusión, una de esas películas que me encanta
recomendar cuando alguien me pregunta sobre algún clásico. Una película que
entretiene, sorprende, te atrapa y con la que siempre terminas de con la
satisfacción de haber visto una de las mejores películas de la historia del
cine, aunque –al menos a mi me pasa- te da pena que nunca más la podrás ver por
primera vez. Supongo que a eso se le puede llamar ‘un clásico perfecto’.