miércoles, 20 de enero de 2016

'A CAMBIO DE NADA': LA EDAD DE LA ¿INOCENCIA?


Daniel Guzman se nos presenta esta vez como director con esta cinta de tintes autobiográficos. Ha tardado en volver a ponerse tras las cámaras, tras su debut con un corto que hizo en 2003, pero parece ser que la espera le ha otorgado una madurez en la dirección que bien podría ser propia de todo un veterano, aunque siempre queden algunos resquicios de novel. Hay ciertos momentos en que el argumento se le queda vacío, o más bien que no termina de encajar al cien por cien. En cualquier caso esto practicamente puede pasar desapercibido, una minucia si se compara con la veracidad de cada plano, de cada secuencia. Sumado todo ello a que el ritmo narrativo es excelente, casi realizada por todo un maestro.

Guzman retrata a cada uno de los personajes con mucho cariño y respeto, con gran humanidad y eso hace que el espectador se involucre en la historia. Historia que está plagada de multitud de anécdotas que rozan lo inverosímil, pero que las trata de tal manera que se saborea la realidad en ellas, hay verismo y eso es lo que hace de esta película una gran elección para una noche de cine.

Es una historia de juventud, de adolescentes que no piensan en las consecuencias de sus actos antes de llevarlos a cabo, pero que de sobra saben qué está bien y qué no. Chavalería y viejos caminantes de la experiencia se unen en un film que retrata precisamente lo complejo de la adolescencia. Especialmente cuando se trata de un joven de barrio, cuyos padres desconocen el termino comunicación y sus bondades. Que lo utilizan para atacarse el uno al otro y que dejan de lado a su hijo para ocuparse de si mismos. Cayendo este en un circulo vicioso de fechorias y pillerias que si es necesario van rozar la caída al abismo de la delincuencia. En cualquier caso Guzman retrata a estos jóvenes como adolescentes soñadores. Sueñan con el sexo, con ser millonarios y tener todo cuanto les plazca y creyéndose inmunes de cualquier consecuencia.

La pelicula en si ofrece mucho para el futuro del cine español. Primero un nuevo director que sea capaz de transmitir veracidad con sus historias, además de entretenernos y hacernos reir con simples elementos anecdoticos, como es el caso de los dos perritos -estos animalillos dan rienda suelta a su naturalidad y provocan la carcajada que muy bien viene- Por otro lado dos promesas para la interpretación, Miguel Hernán que interpreta a Dario, el protagonista y Antonio Bachiller que da vida a Luismi, el inseparable amigo. Todo un acierto contar con estos chicos que, sin experiencia anterior -o al menos yo desconozco que la tengan- nos ofrecen una actuación natural y muy veraz. Nos hacen reir y en momentos hasta compadecernos de ellos.

En este punto tengo que pasar a destacar momentos entrañables, cargados de emotividad y amor. Son esos en los que aparece Antonia, la anciana a la que Dario ayuda y viceversa. Ambos se dan la mano en el camino de la vida y nos brindan las escenas que más pueden conmovernos, casi sin necesidad de dialogo.

En definitiva una buena pelicula para disfrutar del buen cine español y para que el publico detractor de nuestro cine se empiece a dar cuenta que en España también tenemos un cine de calidad más que sobresaliente.

2 comentarios:

  1. El nuevo cine español es una pasada, más allá de historias de la posguerra y de nombre encumbrados en los bajos fondos de Madrid y Barcelona, los nuevos directores españoles valen muy mucho.

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    1. Es toda una delicia poder disfrutar de nuestro cine y saber que vamos a poder seguir haciendolo más y mejor. Gracias por pasarte por el blog. Un saludo

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