jueves, 9 de enero de 2014

'AMERICAN HISTORY X' EL ODIO Y SU SIN RAZON


'American History X' 1998
Director: Tony Kaye
Reparto: Edward Norton, Edward Furlog, Fairuza Balk, Stacy Keach, Elliot Gould, Avery Brooks, Beverly D'Angelo, Jennifer Lien, Guy Torry, Ethan Suplee...

Supongo que si lanzo la pregunta al azar de quién no ha visto esta película, pocos levantarán la mano. Y es que esta es una de esas películas que todo el mundo ha visto, y que todo el mundo alaba.
A pesar de sus momento duros -alguno incluso de los de cerrar los ojos o apartar la vista de la pantalla- a todo aquel que ha sido testigo de su narración le ha llegado este film al alma.
Nos ha abierto los ojos a muchas cosas, y nos ha hecho reflexionar sobre otras muchas.


Derek (Edward Norton), un joven "skinhead" californiano de ideología neonazi, fue encarcelado por asesinar friamente a joven negro que pretendía robarle su furgoneta. Cuando sele de prisión y regresa a su barrio dispuesto a alejarse del mundo de la violencia, se encuentra con que su hermano pequeño (Edward Furlong), para quien Derek es el modelo a seguir, está siguiendo el mismo camino que a él lo condujo a la cárcel.

El mensaje antirracista queda más que claro solo con el argumento. Pero lo más importante es como se desarrolla ese mensaje a lo largo de los 119 minutos de metraje -que dicho sea de paso se hacen cortos- De que manera el director nos pone en situación para que vayamos lentamente descubriendo los elementos que llevan a Derek a convertirse un ser tan repugnante y como evoluciona su pensamiento tras el crimen cometido. Contarnos la historia con flashbacks es un recurso hábil, pero hacerlo de manera que no confundas pasado con presente, era tarea difícil, pero Tony Kaye lo resuelve de manera magistral usando una fotografía en blanco y negro para dichos flashbacks. 


El blanco y negro y la soberbia interpretación de Edward Norton, hacen que esas escenas cobren una vida y dramatismo, a la vez que una dureza fuera de lo común. La transformación del personaje de Norton es uno de los elementos que hacen de esta película algo que se debe ver. 


Tengo que profundizar más en la actuación de Norton, porque para mi es lo más impactante de este film. La brutalidad y crueldad de algunas escenas alcanzan un punto máximo gracias precisamente a la, valga la redundancia, brutal interpretación de este actor. Llegas a ver la encarnación del mal en él. Mitica esa escena en la que camina en la noche llevando solo unos calzoncillos y los negros tatuajes...  Poderoso. Terrorifica, a la vez que artística imagen que nos encanta. 

Pero su fuerte, el de Norton, es la capacidad que tiene para que  veamos en él el lado más despiadado del ser humano y que, con el tiempo, con el buen uso de las palabras, de la comunicación, de la razón y del propio pensamiento, nos presenta el lado más amable, cariñoso. Un Derek arrepentido y devuelto a la realidad tras vivir un periodo en la sin razon del odio, nos conmueve. Nos atrapa y hasta nos hace sentir pena por el que, momentos antes, no había sido más que un despreciable asesino.

No le voy a dejar todo el mérito interpretativo a Norton. Hay algunos secundarios que no se quedan cortos. Pongo de ejemplo a Ethan Suplee que interpreta a Seth, el amigo de Derek, ese al que todos conocemos por "el gordo odioso". Y es que es así, llegas a odiarlo profundamente, con toda tu alma. Muy bueno.  Y que decir de Guy Torry, el chico negro compañero de Derek en la carcel. Adorable. Nos hace reir, pero es el que más nos ayuda a ver la realidad. No me puedo dejar atrás a Furlong, excelente papel, y excelente interpretación. Todo el reparto está en una muy buena situación interpretativa de cada uno de sus personajes, pero hay que reconocer que algunos brillan más que otros.


Por supuesto el guión es de los que dejan huella. Como ya he comentado antes, a todos nos ha abierto los ojos a un mundo de reflexiones. Tras ver la película, y no importa que hiciera poco que la hubieras visto. Las conversaciones sobre como llega a ocurrir lo que ocurre se suceden y pasan al terreno de la realidad que nos rodea. Un duro final, que nos golpea como una fría barra de hierro y que nos descoloca del "happy ending" que todo el mundo querría esperar, pero que poco a poco entiendes que va a pasar, sin terminar de creerlo. No hay finales felices cuando el odio nos maneja a su antojo y aquí queda más que bien reflejado con una frase que se ha convertido casi en eslogan del film: " el odio es un lastre..." y lo es incluso más allá de cuando creemos haberlo superado.

Me cuesta mucho resumir cuales son los elementos que hacen de esta película algo tan grande. Es difícil comentar algo tan bueno, y hacer de dicho comentario algo bueno. No creo que pueda hacerlo, pero al menos lo intento. Este film está en mi top 10 de favoritas, y quería hacer un buen comentario, no creo que este a la altura, pero se que los que lo leáis no me odiareis por ello, y creo que hasta me entenderéis, cuan difícil es a veces homenajear a una obra maestra del cine que nos ha enseñado a que el odio y su sin razón jamás no llevaran a buen puerto en el viaje de nuestras vidas


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